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La primera visita oficial de Trudeau a México -dos años
después de llegar al poder y casi uno desde que Donald Trump fuese elegido
presidente de Estados Unidos, es decir, desde que se convirtiese en el
dirigente que más ha vilipendiado a México-, deja un sabor agridulce para el
Gobierno anfitrión. Un día antes de aterrizar en la capital mexicana, el jefe
del Ejecutivo canadiense se reunió en la Casa Blanca con Trump, que abrió la
puerta a un pacto comercial bilateral, excluyendo a México. En plena renegociación
del Tratado de Libre Comercio (TLC), la ambigüedad de Trudeau –“estamos listos
para cualquier cosa, todo es posible”- llenó de incertidumbre su visita a
México. De hecho, en el encuentro que mantuvo el jueves en la noche con el
presidente, Enrique Peña Nieto, eludió rechazar la propuesta que baraja Trump.
“Tengo la impresión de que no fue tan enfático como hubiese
sido deseable”, asegura el excanciller mexicano Jorge Castañeda. “No fue nada
contundente a la hora de rechazar el acuerdo separado, un día después de
haberse reunido con Trump era la oportunidad para decir que no aceptaba un
acuerdo bilateral”, añade. En la comparecencia conjunta de Peña Nieto y
Trudeau, la frialdad fue la nota predominante, pese a los esfuerzos de ambos
por recalcar que tratarían de llevar a buen puerto la renegociación del
tratado. No obstante, ni siquiera hubo una respuesta a la penúltima amenaza en
forma de propuesta del presidente de Estados Unidos: poner fin al TLC en cinco
años si los tres países no acuerdan lo contrario.
MEJORA DE LAS CONDICIONES LABORALES Y LOS SALARIOS
Trudeau enfatizó en el Senado la necesidad de lograr una
mejora de las condiciones laborales y de los salarios en el marco de la
renegociación del TLC. El primer ministro canadiense ya abordó este tema, uno
de los más espinosos de las conversaciones, unas horas antes junto a Peña
Nieto. "El presidente y yo hemos hablado de crear oportunidades para la
clase media, y sabemos que las condiciones de empleo son muy importantes para
conseguir que la clase media mejore", añadió ante Peña. Ese capítulo, el
laboral, es uno de los que más suspicacias despierta en las conversaciones:
tanto Washington como Ottawa quieren que México mejore las condiciones y la
retribución de sus trabajadores para evitar más fugas a su vecino del sur,
donde los sueldos son notablemente más bajos. Peña Nieto recogió el guante,
pero esquivó un posicionamiento formal: "[La renegociación] es una
oportunidad para mejorar las condiciones de trabajo en México. No queremos ser
competitivos por tener bajos salarios, sino por tener trabajadores
cualificados".
La cautela que mostró respecto al futuro del acuerdo
comercial contrastó con el énfasis que Trudeau puso a otros temas, como la
defensa enérgica de los derechos de las mujeres que hizo ante el Senado.
“Sabemos que él éxito de cualquier sociedad depende de la plena participación
de la mujer tanto en la vida económica, social, como política. Siendo así todos
tendremos éxito”, arrancó el jefe de Gobierno canadiense, quien recordó que
ambos países tienen “mucho por hacer por el respeto a los derechos humanos”.
“Me he reunido con líderes de ong y me han hablado de abusos inaceptables e
inadmisibles”, recalcó Trudeau.
El primer ministro de Canadá, que en más de una ocasión se
ha definido como “feminista”, un término que “no debería asustar” ni a hombres
ni a mujeres, como suele repetir, se reunió el jueves por la tarde, antes de
verse con Peña Nieto, con representantes de la sociedad civil. Uno de los temas
que abordó fue el de los feminicidios y la falta de derechos de la mujer en
México. Según datos de la ONU, el pasado año, murieron asesinadas siete mujeres
al día en el país. “La violencia contra las mujeres y las niñas prevalece en
todas las facetas de la vida, desde los estudios de Hollywood hasta los
espacios públicos digitales, hasta los pasillos del Parlamento. Ahora que estoy
aquí en el senado quiero invitarlos a promover los derechos de las niñas y de
las mujeres en México y en el mundo”, insistió Trudeau. En este sentido, su
mujer, Sophie Grégoire, apeló a los hombres para erradicar el machismo.
"Cuando un hombre falta el respeto al útero de la humanidad, le falta al
respeto al lugar del que vino".
En su reunión con los defensores de derechos humanos,
Trudeau abordó otros de los temas más espinosos para el Gobierno de Peña Nieto
y a los que el presidente apenas hace referencia: la desaparición de los 43
estudiantes de Ayotzinapa o la violencia contra los periodistas, que ha hecho
de México uno de los países del mundo más peligrosos para informar. En lo que
va de año han sido asesinados 11 comunicadores, según la organización Artículo
19, uno de cuyos representantes estuvo presente en el encuentro de Trudeau.
A sus 45 años, Trudeau, líder del Partido Liberal, hijo del
histórico primer ministro Pierre Trudeau, no solo ha dado un nuevo estilo al
Gobierno canadiense después de una década de poder conservador; ha pegado una
sacudida a la política mundial marcada por su iracundo vecino, su antítesis,
Donald Trump. Seductor, culto, no ha sido su perfil de atleta ni su rostro de
actor de Hollywood lo que le ha llevado a tener una de las más altas tasas de
popularidad de un mandatario tanto como, según coinciden los analistas, la
recuperación de una fórmula olvidada por muchos: una política honesta.
Con información de: El País
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