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Esta ruta es más larga, más cara y, sobre todo, más
peligrosa que la del Egeo. Pero con la vía balcánica cerrada con controles
policiales y vallas y la del Mediterráneo por patrullas marítimas, cruzar desde
Turquía a Rumanía por el Mar Negro es, para muchos refugiados, una alternativa
para llegar a Europa. Los migrantes, cuya procedencia o nacionalidad no ha sido
difundida, fueron desembarcados en el puerto de Kefken, a unos 90 kilómetros al
este de Estambul, donde pasaron un chequeo médico, y dos de ellos, en estado
grave, fueron trasladados al hospital de Kocaeli.
"Muchos están a la desesperada, al observar que se les
han cerrado muchas rutas, como la de los Balcanes y la del Mediterráneo",
dice Eduardo Yrezabal, represente del Alto Comisionado de Naciones Unidas para
los Refugiados (ACNUR) en Rumanía. Pese a que cree que es prematuro hablar de
una "oleada" de refugiados por el mar Negro, sí que advierte de que
los refugiados están buscando otras vías para alcanzar Europa, aunque sean más
peligrosas. "No cabe duda de que se adentran en viajes peligrosos en los
que suelen llegar en precarias condiciones físicas", asegura en
declaraciones a Efe en Bucarest.
Esta travesía es mucho más larga y peligrosa que el viaje
desde la costa turca hasta las islas griegas, que fueron el principal puerto de
entrada a la UE durante la crisis migratoria de 2015. Frente a las dos horas
que se tarda en cubrir los pocos kilómetros hasta islas griegas como Lesbos en
pequeñas embarcaciones, cruzar varios cientos de kilómetros del mar Negro hasta
los puertos rumanos de Midia, Mangalia o Constanza, en barcos más grandes,
puede llevar hasta 24 horas. Si los traficantes de personas cobran unos 2.000
euros a cada refugiado para introducirlos por la ruta griega, cruzar el mar
Negro puede costar entre 6.000 y 8.000 euros, según Laurentiu Ciucu, subdirector
adjunto del servicio de Guardacostas en Constanza.
"Nos enfrentamos a un fenómeno de inmigración en el mar
Negro similar al que ya tuvimos entre 2013 y 2015, cuando gestionamos 12 casos
con unas 600 personas", señala Ciucu a Efe. Ciucu explica que la ruta del
mar Negro se cerró cuando se abrió la que va de Turquía a las islas griegas.
Tras la clausura de esa vía por el acuerdo en marzo de 2016 entre la UE y
Turquía para deportar a este país a los refugiados que lleguen a las islas
griegas y los estrictos controles fronterizos en los Debido a la larga travesía
en mar abierto, ACNUR se muestra preocupada por el peligro que suponen los fuertes
vientos, ya que los refugiados cruzan en embarcaciones atestadas y de mala
calidad. Ciucu recuerda, por ejemplo, a los 157 inmigrantes, entre ellos 56
niños, que fueron rescatados el pasado día 13, después de haber estado varias
horas a la deriva.
Rumanía, que no pertenece al espacio Schengen de libre
circulación en Europa, es un país de tránsito para refugiados de Irak, Siria,
Afganistán, Irán o Pakistán. Algunos de ellos, que siguen llegando a los
Balcanes, buscan rutas alternativas a Hungría, que ha sellado su frontera sur
con vallas, y tratan de atravesar Rumanía en dirección a Europa Occidental.
Según la Policía fronteriza rumana, en los primeros ocho meses de este año,
alrededor de 3.500 personas fueron interceptadas intentando cruzar ilegalmente el
país (más los 600 detectados en el mar), frente a las 1.624 registradas en
2016.
Con información de: El País
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