Tras diez años, relevan a Daniel de la Rosa Anaya

Tijuana, B.C. A escasos cinco días de completar una década en el puesto, Daniel de la Rosa Anaya quien desde el 1 de noviembre de 2007 fungía como Secretario de Seguridad Pública de Baja California fue relevado y su lugar será ocupado por el ex subprocurador de justicia en Tecate, Gerardo Manuel Sosa Olachea.

Sobre el cambio de funcionario el gobernador de Baja California aseguró que todo se debe a que De la Rosa Anaya “buscó un cambio de vida” aunque reconoció que la incidencia delictiva en el estado se mantiene a la alza y señaló ésta obedece al trasiego de droga que se da desde Los Cabos en Baja California Sur, hasta Tijuana.

De la Rosa Anaya en la Secretaría de Seguridad Pública y Saúl Castro Verdugo en el Instituto del Deporte eran los funcionarios con mayor cantidad de años en el gobierno del estado. El ex director de la SSPE despachó en el cargo todo el sexenio encabezado por José Guadalupe Osuna Millán y los cuatro años que lleva en el puesto el gobernador Vega de Lamadrid.

A Daniel de la Rosa Anaya varios grupos de profesionistas e incluso el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública le criticaron el utilizar la estadística “a modo” para justificar el trabajo de la dependencia que encabezaba y algún sector de la población considera que la Policía Estatal Preventiva está convertida en un cartel y lo llama “de los Pepos”.

Sosa Olachea, es abogado de profesión de la Universidad de Guadalajara. Ha sido catedrático en Derecho y Ciencias Políticas, así como Sociología Jurídica en la Universidad Autónoma de Baja California y se ha desempeñado como Director de Policía y Tránsito en Tijuana, Delegado de la Oficialía Mayor del Estado, desde 1989 es Notario Público. Fue presidente del Colegio de Notarios de Baja California, Magistrado Numerario del  Tribunal de Justicia Electoral del Poder Judicial, Presidente del Consejo Coordinador Empresarial, subprocurador de Justicia en Tecate, entre otros.
                                                                                     Por: Octavio Fabela Ballinas

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