
Según el parte médico, el futbolista teutón tiene un bloqueo en los músculos propios de la columna cervical y de la articulación temporomandibular. Debido a eso, cuando escucha ruidos altos le causan estrés y se agudizan las molestias y dolor.
Fue hace dos semanas, en un partido contra el Besiktas en la Champions League, que Werner pidió salir de cambio y desde aquella fecha no ha vuelto a las canchas. En ese juego se estuvo tapando constantemente los oídos, solicitó unos tapones a la banca y ni así pudo soportar el ruido.
Sus padecimientos los vendría arrastrando por un codazo de Gonzalo Jara en la final de la Copa Confederaciones.
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